El tiempo amenazaba con no dejarnos hacer nada pero por suerte tuvimos una mañana estupenda y todo se realizó según lo previsto.
Como en las ocasiones anteriores la tripulación de este día se volcó completamente en trabajar y colaborar al máximo.
Dos equipos y dos "Patronas" que funcionaron muy bien pudiendo apreciar como evolucionaba el barco conforme hacíamos ajustes en las velas y percibiendo la potencia del viento en cada rumbo y maniobra.
Con un recorrido adaptado al viento reinante hicimos rumbos abiertos y cerrados con dos excelentes ceñidas en las que se alcanzaron puntas de ocho nudos y escora de veinte grados, con toda la tripulación en la banda.
Con sabor a poco pero satisfechos, volvimos a puerto a tomar el obligado piscolabis en cubierta, acordando repetir la experiencia en cuanto sea posible ya que la cámara de video no quiso funcionar, pero las fotos están todas aquí.
La comida en la Dolce Vita puso el broche a un día que acabó con fuerte oleaje y viento en la linea de playa.
Enhorabuena a los participantes y nos veremos en la próxima edición.
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